Es habitual ver decrecimientos del PIB en ciertos momentos del año donde la producción se realentiza, pero esto viene luego compensado con un crecimiento que devuelve esta magnitud a niveles normales. No ha sido así este año, pues durante el segundo trimestre (correspondiente a los meses de abril, mayo y junio) de este año, el crecimiento ha sido apenas del 0’5% en tasa trimestral, el más bajo de los últimos cinco años.
Este freno se da en un contexto de desaceleración común a todos los países alrededor del globo y, pese a esto, la economía española se encuentra en una situación de estabilidad que costaba imaginarse unos mese atrás; tanto así que el FMI se ha visto obligado a subir la que era su previsión de crecimiento de este año en dos décimas, llegando así al 2’3% que la Comisión Europea afirmó también hace apenas unas semanas.
Este freno se da en un contexto de desaceleración común a todos los países alrededor del globo y, pese a esto, la economía española se encuentra en una situación de estabilidad que costaba imaginarse unos mese atrás; tanto así que el FMI se ha visto obligado a subir la que era su previsión de crecimiento de este año en dos décimas, llegando así al 2’3% que la Comisión Europea afirmó también hace apenas unas semanas.
Sin embargo, pese a que la desaceleración no sea tan grave en España (pues es el país con más crecimiento de toda la Eurozona), las previsiones para el año siguiente no son tan alentadoras. Este año se logrará sobrepasar la barrera del 2%, pero lo que se cierne el año siguiente podría no ser tan alentador, pues se cree que el crecimiento del 2020 sería de aproximadamente el 1’9%. Esto significa el primer crecimiento inferior al 2% desde el 2014, el año en el que los economistas trazan la línea del fin de la grave crisis económica que sacudió el país.
Esta estimación ha sido incluida en el cuadro macroeconómico que acompaña el plan presupuestario del gobierno actual, por lo que ahora mismo, pese a que España se mantiene a flote y sobrepasa a muchos de sus países vecinos, la desaceleración que su economía está sufriendo es innegable. Se prevé que los dos primeros trimestres del 2020 aportarán un crecimiento aproximado del 0’5%, mientras que el tercero y el cuarto sufrirán una leve desaceleración responsable del decrecimiento ya mencionado. Esto se deberá al debilitamiento de la aportación de demanda nacional y una degradación del sector exterior.
Así pues, no solo quedan en el pasado los gloriosos años en los que, durante la recuperación de la crisis, el crecimiento podía superar perfectamente el 3%, sino que también parece ser que el 2% se sumará, más temprano que tarde, a la liga de leyendas pasadas. Los gobiernos que han habido durante este período de crecimiento no han sabido aplicar las medidas y reformas necesarias para estabilizar la situación económica y darle a España un punto de apoyo ante posibles crisis futuras, como la que se cierne sobre nosotros ahora.
Pese a eso, en 2020 España seguirá siendo una de las potencias industrializadas que más crecerá, superada solo por EEUU y dejando atrás a sus congéneres europeos.