Las Smart Cities han dejado de ser una visión futurista, para convertirse en un presente muy real e integrado en nuestras vidas, sin apenas darnos cuenta. Podemos ver la repercusión de las Smart Cities en la gestión de los residuos o del agua, vehículos eléctricos que promueven la movilidad sostenible, edificios inteligentes, la domótica en las viviendas, etc.
Cada vez somos más conscientes de las necesidades urgentes que tiene el Planeta y también de la necesidad de optimizar recursos, para hacer que nuestra vida sea lo más práctica posible, de modo que se generen recursos cada vez más optimizados y adaptados a las necesidades del ser humano y, también, pensando en las necesidades medioambientales.
Los elevados niveles de contaminación en las ciudades, el consumo energético o los eternos trámites burocráticos son los principales objetivos a batir en los próximos años, para conseguir medidas más solventes, para fomentar la construcción de Smart Cities.
Ciudades con grandes apuestas
Si hablamos de ciudades inteligentes tenemos que destacar Santander, porque ha dotado a la ciudad de más de 20.000 sensores, que sirven para medir el estado del medio ambiente, el aparcamiento, la iluminación, el riego… Un sinfín de herramientas que han conseguido que se ahorre hasta un 30% de energía en los edificios públicos.
Por otro lado, Málaga está centrada en la movilidad inteligente, contando con una flota de vehículos eléctricos y sensores que facilitan el aparcamiento. También han conseguido reducir el consumo eléctrico en un 30%, mediante un alumbrado público inteligente, ahorrando dinero y energía.
Madrid y Barcelona, por su parte, siguen también en el camino de convertirse en auténticas Smart Cities. La ciudad condal es pionera en soluciones de conectividad aplicada, como el alumbrado público, la eliminación de residuos, el sistema de bicing o los laboratorios FAB.
En Madrid se ha creado el Espacio Integrado Inteligente, que es el primero en toda España, para mejorar la integración social a través del ámbito empresarial, industrial y de servicio.
Todos estos ejemplos, tan solo son cuatro ciudades que forman parte de los 79 Ayuntamientos que se han sumado a la Red Española de Ciudades Inteligentes, que nacía en 2011 con la firma del “Manifiesto por las Ciudades Inteligentes, Innovación para el progreso”. El objetivo es conseguir una red abierta para generar el progreso económico, social y empresarial mediante la innovación y el conocimiento y con el uso de las TIC.
El objetivo de esta Asociación es proporcionar una dinámica positiva entre ciudades, para disponer de una red conjunta a fin de promover una gestión automática y solvente de las infraestructuras y los servicios urbanos, además de reducir el gasto público y de mejorar la calidad de los servicios.