REN 21, una organización internacional, ha publicado el informe Renewables 2019 Global Status en el que se exigen políticas más ambiciosas en energías renovables para conseguir una mayor estabilidad en este sector, ya que actualmente las energías alternativas se ocupan de suministrar más de un 26% de la producción mundial de electricidad. Esto quiere decir que para poder mantener este sistema es necesario obtener más apoyo económico y político, para conseguir un sistema de energía más sostenible que el que existe actualmente.
Este documento asegura que la falta de políticas ambiciosas para impulsar la descarbonización en los sectores del transporte, calor y frío tiene como consecuencia que los países no puedan maximizar sus beneficios de la transición para su población, incluyendo la seguridad energética y una mayor calidad del aire. Esto podría solucionarse, según aseguran en el informe, eliminando los subsidios a los combustibles fósiles, que generan energía perjudicial para el planeta y para la población.
La energía solar fotovoltaica y la energía eólica son las dos fuentes principales del sector eléctrico
El documento, que analiza el estatus mundial de las energías renovables, asegura que la capacidad eléctrica renovable instalada superó, durante 2018, a la creada por la energía nuclear y los combustibles fósiles combinados, por cuarto año consecutivo. Solo la energía solar fotovoltaica sumó 100 GW, suficiente como para cumplir con el 25% de la demanda de electricidad francesa.
También se destaca que las ciudades han mostrado claras señales de ser fuertes impulsoras para el despliegue de la energía renovable, adoptando algunos de los objetivos ma´s ambiciosos para las energías renovables a nivel mundial. Este informe revela también que la energía eólica y la energía solar fotovoltaica son las dos tendencias principales en lo que se refiere al sector eléctrico.
Existe un gran desequilibrio entre los sectores energéticos, ya que las energías renovables suministran más del 26% de la electricidad global pero solo proporcionan el 10% de la energía utilizada para calor y frío, y poco más del 3% para el transporte. Esta desproporción se debe, en parte, a un apoyo insuficiente de las políticas destinadas a este tema.
Aún queda hueco para el optimismo
Aunque falta apoyo, cabe decir que se han implementado iniciativas importantes en muchos sectores, como pueden ser los biocarburantes sostenibles en el sector del transporte, así como los vehículos eléctricos y las políticas de consumo de combustible, que permiten disminuir la dependencia de los combustibles fósiles.
Las políticas del sector del frío y del calor cuentan con códigos de energía para la construcción, así como incentivos y reglamentación y estrategias para la fijación de precios del carbono, pero aún no se utilizan plenamente.